12 + 1 poemas de Luci Collin

 

Por Luci Collin*

Curador de la muestra Fabrício Marques

Traducción por Eleonora Frenkel

Crédito de la foto Rafael Dabul

 

 

12 + 1 poemas de Luci Collin

 

 

De veras

 

el poeta finge

y mientras tanto

chicharras estallan

puentes caen

azaleas claudican

edipos resuenan

vacunas vencen

la bolsa quiebra y

el poeta finge

y mientras tanto

olas inmensas explotan

el pan adolece

astros se desvían

manadas enteras se pierden

la noche rechina

el viento derriba nidos y

el poeta finge

y mientras tanto

voces rajan

venas obstruyen

galeones hunden

medeas abaten crias

chorreras se enturbian

el zapato aprieta y

el poeta finge

que las manos llenas de súbitos

no son las suyas

 

 

 

Ontivo

 

Nos encontraremos y yo estaré ajetreada

y tú estarás inmerecible

y yo estaré cansada para el café

y tu estarás exhausto para el cine

y yo estaré amorfa

y tú palimpsesto

y yo estaré rendida a las evidencias más ocultas

y tú descomedido a las vivencias absolutas

y yo estaré apurada

y tú en aquella hora imprevisible

y yo estaré en aquella hora portentosa

y tú estarás en aquel momento increíble

y yo estaré en aquella mañana lluviosa

y tú estarás en aquella noche audible

y yo retrocederé hasta el alba

y tú avanzarás a occidentes

y yo comprenderé infinitudes

y tú desvestirás los contratiempos

y yo deslizo por la superficie y me voy

y tú zambulles mar adentro y refloreces

 

 

 

Álbum

 

como son enormes

las osamentas de animales en el museo nacional

(“No se dice ‘huesos’, advirtió la tía solterona

egresada de filosofía pura)

 

cuando descubrí el inmenso libro de anatomía

de crustáceos y moluscos

bajo impulso científico enclaustré

insectos en los vidriecitos de remedio

de la bisabuela

 

la bisabuela lloraba a tontas y a locas, además

y vagaba por la casa riñendo (en véneto)

con fantasmas que la habían

abandonado

justo allí

 

como son enormes

los recuerdos

cuando mi padre me perdió en el mar

cuando mi madre me perdió en la salida del cine

debe haber durado treinta segundos

y hasta hoy

 

cuando el carillón marca cinco

(que era la hora de los buñuelos de viento)

me siento para el té solitario

y hojeo un atlas de imágenes transcurridas

que se debaten como insectos

y el trago tiene un gusto deshabitado y yermo

porque perdí el código

con el que se argumenta

con los fantasmas

 

 espelhar capa

 

Estética de la escena

 

lo que mi ojo imagina

entre migaja y galaxia

es el deslumbramiento de aquello que

inaugura adornos

y que ocupa la boca florecida en una

sonrisa

 

lo que mi ojo cogita

entre esquirla y elipse

es el reconocimiento de la voz

siempre pincel

una dobladura y sus compases

un refresco

y dos voces son muchas

la partitura esculpida

entre la saliva y el soplido

aquel sin esfuerzo de la mano

que toca la fruta

 

es mi mirada que arma la escena

y el gusto

es mi mirada que usa la piel

para leer el espacio

y resultar el espacio

y convertir el día en pulso

 

es mi mirada que descubre la cáscara

y el gesto

y los nombres escurren

molusco e infinito

el texto un palafito

 

y el ojo engendra

una manumisión que se funda

en leerse en si el borrador

 

de la propia mirada

 

 

 

Schriftsteller

(el libro de fotos)

 

asustador un hombre que inventa

otros hombres

 

lo que ven sus ojos

abiertos o cerrados

noche o día

 

asustador un nombre que al ser pronunciado

hace existir las frases que esperan en la estante

 

Nabokov caza mariposas

con una red adecuada y pisará sobre flores

                                                ¿Estaremos en una primavera?

 

Beckett mira cualquier botón de la camisa

en el cuarto de negra totalidad

                                                ¿Estaremos roncos?

 

Char sostiene un bastón

o una espada

                                                ¿Estaremos muertos?

 

 

Kerouac ve sillas, techo, alfombra,

cortina y un despertador automático

                                                ¿Estaremos prontos?

 

Borges, si sales de esa enorme ventana

no logra la eternidad

                                                ¿Estaremos riendo?

 

 

Genet sentado en el piso desconsidera

la última moda en pañuelos de cuero

                                                ¿Estaremos a mano?

 

Y tú, escritorcito sin fotografía,

necesitas de un blazer a cuadros

con mangas raídas

un alquiler vencido

un pelo sin corte

una mirada indescifrable

un perro ladrando

un dolor agudo en la espalda

o en el brazo

o en el diente

un vaso vacío

otro vaso

buses ruidosos pasando

toda la mañana

toda la tarde

toda la noche

pasando

una soledad que semeja a brasa

comiendo el cigarrillo

(a falta de imagen más noble)

 

necesitas abrazar una enorme estatua

y pensar en una palabra no inventada

 

                    ¿Estaremos salvos?

 

 

 

Días

 

Era mentira que el dolor envejece

Yo quiero oír las historias antiguas

Y recomponer las tramas que ya conozco

(Mi abuelo subiendo la calle silbando:

es domingo)

 

No quiero historias que cambian

Yo quiero los personajes de siempre

Las escenas antiguas

Las puertas antiguas

Las noches antiguas

Las antiguas manos

(“Abu, ¿la vida es mala?

Risas)

 

Y aquella certeza de que el mundo mañana

Sigue igual al mundo aquí adentro

Y yo pertenezco al día

en que veo a esta figura que también

me ve

y puedo decir:

mucho gusto

en volver a verte.

 

 

 

Extravagante

 

este perro que me sigue

en la noche insignificada

desconoce mi desaliño

este estar parado en esquinas

los tragos de café ruinados

la doctrina de los ácidos

este encarar sauces retóricos

de gestos calcificados

que vuelcan exilios e hidalguías

y los soles de madera

de esta ciudad inmediata

que me habita

 

este perro que me sigue

ignora mi desenganche

mi breviario de errabundo

la huida de las emergencias

el rosario de los inválidos

el desalme de las piedras mal asentadas

la aflicción de lo que es virgen

el escenario flácido donde flotan

lunas y escapularios

donde tiemblan ineludibles escalinatas

y ramas desnudas que disputan

en barroquismo

con los brazos de la iluminación pública

 

inexperto y cojo

ejemplar de inhabilidad

este perro me sigue

como yo sigo a los dioses

inventados por la oscuridad

 

 Todo implícito

 

Una tarde que cae

 

Cuando lo vemos está sentado en el banco de la plaza

Ella está en casa presa a la trama silenciosa

 

En la plaza pájaros y flores son sinceros

En la ventana pájaros son fantasmagóricos

 

Con el pañuelo del bolsillo él se seca el sudor de la frente

Ella enjuga los ojos con la manga

 

Él gruñe pero solo por adentro

Ella supura pero nunca los domingos

 

Él lamenta porque el pan es azul

Ella suspira y la tarde muda envejece

 

Él pregunta si las ventanas son sinceras

Ella piensa en arrojarse a algún lecho

 

Son fantasmagóricos los azules que salen de los ojos

La gangrena y la borra son absolutos

 

Cuando lo vemos está en frente a la tele inmaterial

Ella está de espaldas boca abajo de bruces

 

Él se está escarbando los dientes a la espera

Ella vacía

 

Él atardece y arde

Ella flota sobre el agua azulísima

 

Él tose escupe rezonga alancea gime

Ella se hizo las uñas y la torta simples

 

La previsión del tiempo anuncia lluvia

Ella toca la piedra friísima

 

Él se ofende

Ella se ofelia

 

 

 

Haberes

 

I.

el caballo único

que reaparece en este aquí

es aquel que se inauguró lo lejano

y aquello que patea sobre una hierba de sigilos

que cuando examinados de cerca

son puntos de exclamación

 

el caballo más que inmediato

que vibra en el destino de las lejanías

trama una dispersa coreografía

que es su discurso de casco

e informa todo lo que se dice

de ojos cerrados

amplitud          redención

y revés

de la geografía menor

y de la espera

 

el caballo que alimenta la luna

en mí                                en ti

y que destempla las mareas y los bermejos

de las chicas          de las venas       de las cortinas

es un lirio apenas y un silbido

es ventrílocuo de las sonrisas

y espantos tanto de las montañas

como de las murallas

y de las millas

 

el mejor pintor de la aldea

carcajeará para siempre porque

intentó captar la gracia de lo visto

pero confundió la inmensidad de los escampados

con el sonido de las patas

sobre todo lo que es cristal

 

y la locura es el mínimo precio

de querer conjugar

lo invisible

 

II.

el pájaro que se tiene como exageración

conocido de los reyes y de los insomnes

ya hace mucho se enajenó de alas

y de rumbos

y ahora se divierte con la rectitud de las hipérboles

y lleva en el pico el por qué primero

 

pájaro absuelto y soberano

practica la descostumbre de la monta y de las cifras

asperje vuelos y deseo de vuelos

por entre los ojos que esperan la buenaventura

 

y la señorita se persigna

y los narcisos se avergüenzan

y los bálsamos y los sándalos

al sonido de las risueñas maracas

se volatilizan

el pájaro reza en un curso intransitivo

y desimportan huecos

en las tejas    en las estatuas     en las bocas

porque construyó un alfabeto inédito

de pajas     de colorantes    de arenas

y nunca entenderán que él es siempre

el mismo pájaro

de mostacillas

cuya luz calla la intención

de las heridas

 

 

III.

porque no hay sinónimo para él

este pez de aquí no participa de los enunciados

 

no tiene anhelos ni dedos

y su respiración jamás perturbó cartapacios

 

no tiene miradas ni mandíbula

y son parábolas sus alas de fiebre y de noche

 

con el ateísmo de los papeles en blanco

él se esconde entre las pestañas

 

los hombres con el capricho de conocerlo

forjan extravagantes registros sobre lo que

no saben

sobre el pez y el cansancio del pez

anónimo

 

las palabras de esas bocas fastidiosas

quieren conformar el efímero

pez-nube    – farol     – unicornio    – hielo

 

son teatrales adjetivos

para el misterio que reaparece

en ese aquí

 

sin ni siquiera serlo

 

 

 

Ceremonia de composición

 

el hombre de letras

desestima alfabetos creídos

porque todos los días estrena uno

suyo

 

es un niño que practica

arrojos y sintaxis

tiene la experiencia de las estrellas

 

no sabe historias de amores

por eso pasa sin rimas

pero urde las profundas de pozo

y acero

 

habla de los movimientos

y da siempre en el clavo

solo por mirar

 

mira colorido

y dice colorido

 

pormenorizando rocha y cáscara

solemniza liquens

 

crea la más singular exposición

de brisas      blanduras e     inclasificables

 

y entiende que dios se escribe

con mayúscula

y debe estar

en los detalles

 

 

 

Escena-muda

 

yo que era único

e indivisible

ahora creé tentáculos

ávidos

que no controlo

 

roban rojos vivos

que ni sé para qué sirven

desean tanto, usurpan

violan cantos sagrados

esparcen cenizas

ríen

manotean

 

cínicamente desmenuzan

pedazos lícitos de pan

distribuyen las fichas

barajan cartas

trapacean noches adentro

ajenos a mi disgusto

traen oro profano a casa

colman mesas

 

y yo, mudo y polifacético,

miro la insana riqueza

que mis propios brazos acumulan

 

e intentando escuchar mi vano discurso

no consigo

porque las frenéticas manos que no controlo

                                                aplauden ruidosamente

 

capa querer falar

 

Cover

 

si yo pudiese querría ser de verdad

lo que sé pasado en limpio

como me sentí      como me siento

cuando quepo

cuando no invierno

 

dígame por favor lo que vibra lo que ve

dígame qué es lo próximo

ya que ahora es todo en vivo

de noche gatos hambrientos y el hambre mismo

era la verdad este griterío y este dolor

sí, es aguardiente la mirada emancipada

que atisba las flores mendaces

 

en la boca herrumbre – es boca sin hambre

frases llenas de alfileres

los instrumentos van abandonando la escena

y el sol adentro de nadie es solo jamás su puesta

 

un hombre dicta las hablas todas

y en el palco es como en un acuario

vamos a apagar estos compases

de voz agresiva y mohosa

vamos a saltar esta página

que es solo jadeo

 

yo estaba buscando por algún tú

por algún pedazo apócrifo de mi

y piel y sudor tienen sus súbitos precios

tú que ríes sesgado que te atragantas

no hay vacantes

no hay más ventanas disponibles

y es equívoco esperar que nazcan manos

 

voy a fingir que estoy aquí

con la integridad de este vodka de esta lamparilla

y feliz como desvestir

 

tú vas a despertar cantando vivir es fácil

sí, yo tengo un último acorde para gastar

(los caballos por adentro tantas patas)

lo que la sonrisa de la taza nos niega

cuadro en donde la nieve no vence

no es más el infinito aquí estar

 

en este momento terminan todas las intenciones:

las ratas entraron al poema

con sus voces indescifrables

 

y la avidez de sus mandíbulas

dañará esta página

 

 

 

Tanteado

               

e entre nós e as palavras, o nosso querer falar

Cesariny

 

no había palabra que cupiera

en la caricia que los dedos hacen en las cuerdas

palabra que fructificara al hablar

del desierto

 

un instrumento desafinado

que rasca la plenitud del lago

que casi inexiste

trae un dolor desconcebible y húmedo

de día frío de voz rajada

de precauciones

 

no había palabra que se aproximara

de la caricia hecha a las cuerdas de este instrumento inhabitado

y la voz descoyuntada se esforzaba por traer

la mañana de vuelta

 

yo permeable pudiera en esta giga saber

que una aridez ternaria jamás no duele

no esboza seguridad ni pareja

es arrítmica esta inquietud de perfumes abandonados

 

voz subsistida en el sonido de las caricias

en las horas erizadas             en la suspensión

 

y yo aquí deseando que la palabra que habla

no sea apenas

el propio desierto

 

 

——————————————————————————————

(poemas en su lengua original, português)

 

 

La poeta Luci Collin. Crédito de la foto: César Lavalle
La poeta Luci Collin.
Crédito de la foto: César Lavalle

 

 

12 + 1 poemas do Luci Collin

 

Deveras

 

o poeta finge

e enquanto isso

cigarras estouram

pontes caem

azaleias claudicam

édipos ressonam

vacinas vencem

a bolsa quebra e

o poeta finge

e enquanto isso

vagalhões explodem

o pão adoece

astros desviam-se

manadas inteiras se perdem

a noite range

o vento derruba ninhos e

o poeta finge

e enquanto isso

vozes racham

veias entopem

galeões afundam

medeias abatem crias

turvam-se as corredeiras

o sapato aperta e

o poeta finge

que as mãos cheias de súbitos

não são as suas

 

 

 

Ontivo

 

Nos encontraremos e eu estarei atarefada

e você estará imerecível

e eu estarei cansada para o cafezinho

e você estará exausto para um cinema

e eu estarei amorfa

e você palimpsesto

e eu estarei rendida às evidências mais ocultas

e você descompassado às vivências absolutas

e eu estarei com pressa

e você naquela hora imprevisível

e eu estarei naquela hora portentosa

e você estará naquele momento incrível

e eu estarei naquela manhã chuvosa

e você estará naquela noite audível

e eu retrocederei até auroras

e você avançará aos ocidentes

e eu compreenderei infinitudes

e você desvestirá os contratempos

e eu deslizo pela superfície e vou embora

e você mergulha mar adentro e refloresce

 

 

 

Álbum

 

como são enormes

as ossadas de animais no museu nacional

(“Não se diz ‘ossos’”, advertiu a tia solteirona

formada em filosofia pura)

 

quando descobri o imenso livro de anatomia

de crustáceos e moluscos

sob impulso científico enclausurei

insetos nos vidrinhos de remédio

da bisavó

 

a bisavó chorava à toa, aliás,

e zanzava pela casa ralhando (em vêneto)

com fantasmas que a haviam

abandonado

bem ali

 

como são enormes

as lembranças

quando meu pai me perdeu no mar

quando minha mãe me perdeu na saída do cinema

deve ter durado trinta segundos

e até hoje

 

quando o carrilhão dá cinco

(que era a hora do bolinho de polvilho)

sento-me pro chá solitário

e folheio um atlas de imagens decorridas

que se debatem como insetos

e o gole tem um gosto desabitado e ermo

porque perdi o código

com que se argumenta

com os fantasmas

 

trato_de_sil_ncio

 

Estética da cena

 

o que meu olho imagina

entre migalha e galáxia

é o deslumbramento daquilo que

inaugura adornos

e que ocupa a boca florescida um

sorriso

 

o que meu olho cogita

entre estilhaço e elipse

é o reconhecimento da voz

sempre pincel

uma dobradura e seus compassos

um refresco

e duas vozes são muitas

a partitura esculpida

entre a saliva e o sopro

aquele sem esforço da mão

que toca a fruta

 

é meu olhar que monta a cena

e o gosto

é meu olhar que usa a pele

para ler o espaço

e resultar o espaço

e converter o dia em pulso

 

é meu olhar que descobre a casca

e o aceno

e os nomes escorrem

molusco e infinito

o texto uma palafita

 

e o olho engendra

uma alforria que se funda

em ler-se em si o rascunho

do próprio olhar

 

 

 

Schriftsteller

(o livro de fotos)

 

assustador um homem que inventa

outros homens

 

o que veem seus olhos

abertos ou fechados

noite ou dia

 

assustador um nome que ao ser pronunciado

faz existir as frases que aguardam na estante

 

Nabokov caça borboletas

com uma rede adequada e pisará sobre flores

                                                Estaremos numa primavera?

 

Beckett mira qualquer botão da camisa

no quarto de negra totalidade

                                                Estaremos roucos?

 

Char segura uma bengala

ou uma espada

                                                Estaremos mortos?

 

 

Kerouac vê cadeiras, teto, tapete,

cortina e um despertador automático

                                                Estaremos prontos?

 

Borges, se você sair desta enorme janela

não vinga a eternidade

                                                Estaremos rindo?

 

Genet sentado no chão desconsidera

a última moda em lenços de couro

                                                Estaremos quites?

 

 

E você, escritorzinho sem fotografia,

precisa de um blazer axadrezado

com mangas puídas

um aluguel vencido

um cabelo sem corte

um olhar indecifrável

um cachorro latindo

uma dor aguda nas costas

ou no braço

ou de dente

um copo vazio

outro copo

ônibus barulhentos passando

a manhã inteira

a tarde inteira

a noite inteira

passando

uma solidão que semelha a brasa

comendo o cigarro

(por falta de imagem mais nobre)

 

precisa abraçar uma enorme estátua

e pensar numa palavra não inventada

 

 

                 Estaremos salvos?

 

 

 

Dias

 

Era mentira que a dor envelhece

Eu quero ouvir as histórias antigas

E recompor os enredos que já conheço

(Meu avô subindo a rua assobiando:

é domingo)

 

Não quero histórias que mudam

Eu quero os personagens de sempre

As cenas antigas

As portas antigas

As noites antigas

As antigas mãos

(“Vô, a vida é ruim?”

Risada)

 

E aquela certeza de que o mundo amanhã

Continua igual ao mundo aqui dentro

E eu pertenço ao dia

em que olho pra esta figura que também

me olha

e posso dizer:

prazer

em revê-la.

 

poesia reunida

 

Extravagante

 

este cão que me segue

na noite insignificada

desconhece meu desalinho

este estar parado em esquinas

os goles de café ruinados

a doutrina dos ácidos

este encarar salgueiros retóricos

de gestos calcificados

que vazam exílios e fidalguices

e os sóis de madeira

desta cidade imediata

que me habita

 

 

este cão que me segue

ignora meu desalistamento

meu breviário de orbívago

a fuga das emergências

o rosário dos inválidos

o desalme das pedras mal assentadas

a aflição do que é virgem

o cenário flácido onde boiam

luas e escapulários

onde fremem iniludíveis escadarias

e galhos nus que competem

em barroquismo

com os braços da iluminação pública

 

inexperto e manco

exemplar de desabilidade

este cão me segue

como eu sigo os deuses

inventados pela escuridão

 

 

 

Uma tarde que cai

 

Quando o vemos está sentado no banco da praça

Ela está em casa presa à trama silenciosa

 

Na praça pássaros e flores são sinceros

Na janela pássaros são fantasmagóricos

 

Com o lenço do bolso ele seca o suor da testa

Ela enxuga os olhos com a manga

 

Ele rosna mas só por dentro

Ela supura mas nunca aos domingos

 

Ele lastima porque o pão é azul

Ela suspira e a tarde muda se avelhanta

 

Ele pergunta se as janelas são sinceras

Ela pensa em se atirar nalguma água

 

São fantasmagóricos os azuis que saem dos olhos

A gangrena e a borra são absolutos

 

Quando o vemos está em frente à TV imaterial

Ela está de costas de bruços de borco

 

Ele está palitando os dentes à espera

Ela vazia

 

Ele está entardecente e flama

Ela boia sobre a água azulíssima

 

Ele tosse cospe resmunga lanceia vage

Ela fez as unhas e o bolo simples

 

A previsão do tempo anuncia chuva

Ela toca a pedra friíssima

 

Ele se ofende

Ela se ofélia

 

 

 

Haveres

 

I.

o cavalo único

que reaparece nesse aqui

é aquele que inaugurou-se o longínquo

e aquilo que pateia sobre uma relva de sigilos

que quando examinados de perto

são pontos de exclamação

 

o cavalo mais do que imediato

que vibra no destino das lonjuras

trama uma esparsa coreografia

que é seu discurso de casco

e informa tudo o que se diz

de olhos fechados

amplitude               redenção

e avesso

da geografia menor

e da espera

 

o cavalo que alimenta a lua

em mim                       em ti

e que destempera as marés e os vermelhos

das moças         das veias         das cortinas

é um lírio apenas e um assobio

é ventríloquo dos sorrisos

e espantos tanto das montanhas

quanto das muralhas

e das milhas

 

o melhor pintor da aldeia

gargalhará para sempre porque

tentou flagrar a graça do visto

mas confundiu a imensidão dos escampados

com o som das patas

sobre tudo que é cristal

 

e a loucura é o mínimo preço

de se querer conjugar

o invisível

 

II.

o pássaro tido como exageros

conhecido dos reis e dos insones

de há muito alheou-se de asas

e de rumos

e ora diverte-se com a retidão das hipérboles

e leva no bico o porquê primeiro

 

pássaro absolvido e soberano

pratica o desábito da monta e das cifras

asperge voos e desejo de voos

por entre os olhos que expectam a bem-aventura

 

e a senhorinha persigna-se

e os narcisos se encabulam

e os bálsamos e os sândalos

ao som de risonhos chocalhos

se volatizam

 

o pássaro reza num curso intransitivo

e desimportam vãos

nas telhas    nas estátuas       nas bocas

porque construiu um alfabeto inédito

de palhas      de corantes       de areias

e nunca entenderão que ele é sempre

o mesmo pássaro

de miçangas

cuja luz cala a intenção

das feridas

 

III.

porque não há sinônimo para ele

este peixe daqui não participa dos enunciados

 

não tem ânsias nem dedos

e sua respiração jamais perturbou alfarrábios

 

não tem olhares nem mandíbula

e são parábolas suas asas de febre e de noite

 

com o ateísmo dos papéis em branco

ele se esconde por entre os cílios

 

os homens na cisma de conhecê-lo

forjam extravagantes registros sobre o que

não sabem

sobre o peixe e o cansaço do peixe

anônimo

 

as palavras dessas bocas aborrecidas

querem conformar o efêmero

peixe-nuvem     -farol     -unicórnio    – gelo

 

são teatrais adjetivos

para o mistério que reaparece

nesse aqui

 

sem nem sê-lo

 

 

 

Cerimônia da composição

 

o homem das letras

desnecessita de alfabetos cridos

porque todo dia estreia um

seu

 

é um menino que treina

arremessos e sintaxes

tem a experiência das estrelas

 

não sabe histórias de amores

por isso passa sem rimas

mas urde as profundas de poço

e aço

 

conta dos movimentos

e acerta sempre na mosca

só por olhar

 

olha colorido

e diz colorido

 

minuciando rocha e casca

soleniza liquens

 

cria a mais rara exposição

de brisas        branduras e

inclassificáveis

 

e entende que deus se escreve

com maiúscula

e deve estar

nos detalhes

 

 CAPA A PALAVRA ALGO

 

Cena-muda

 

eu que era único

e indivisível

agora criei tentáculos

ávidos

que não controlo

 

roubam vermelhos vivos

que nem sei para que servem

desejam tanto, usurpam

violam cantos sagrados

espalham cinzas

riem

esbofeteiam

 

 

cinicamente esfarelam

pedaços lícitos de pão

distribuem as fichas

embaralham cartas

trapaceiam noites adentro

alheios ao meu desconforto

trazem ouro profano para casa

abarrotam mesas

 

e eu, mudo e multifacetado,

olho a insana riqueza

que meus próprios braços acumulam

 

e tentando escutar meu vão discurso

não consigo

porque as frenéticas mãos que não controlo

                                                aplaudem ruidosamente

 

 

 

Cover

 

se eu pudesse eu queria ser de verdade

o que eu sei passado a limpo

como me senti       como me sinto

quando caibo

quando não inverno

 

diga-me por favor o que vibra o que vê

diga-me o que é o próximo

já que agora é tudo ao vivo

à noite gatos famintos e a fome mesmo

era a verdade esta gritaria e esta dor

sim, é aguardente o olhar emancipado

que divisa as flores mendazes

 

na boca a ferrugem – é boca sem fome

frases cheias de alfinetes

os instrumentos vão abandonando a cena

e o sol dentro de ninguém é só jamais se pôr

 

um homem dita as falas todas

e no palco é como num aquário

vamos apagar estes compassos

de voz agressiva e mofada

vamos pular esta página

que é só arfagem

 

eu estava procurando por algum você

por algum pedaço apócrifo de mim

e pele e suor têm seus súbitos preços

você que ri enviesado que engasga

não há vagas

não há mais janelas disponíveis

e é equívoco aguardar que nasçam mãos

 

vou fingir que estou aqui

com a integridade desta vodca desta lamparina

e feliz como desvestir

 

você vai acordar cantando viver é fácil

sim, eu tenho um último acorde pra gastar

(os cavalos por dentro tantas patas)

o que o sorriso da xícara nos nega

quadro onde a neve não vence

não é mais o infinito aqui estar

 

neste momento encerram-se todas as intenções:

os ratos entraram no poema

com suas vozes indecifráveis

 

e a avidez de suas mandíbulas

machucará esta página

 

 

 

Tentame

 

e entre nós e as palavras, o nosso querer falar

Cesariny

 

não havia palavra que coubesse

na carícia que os dedos fazem nas cordas

palavra que frutificasse ao falar

do deserto

 

um instrumento desafinado

que arranha a plenitude do lago

que quase inexiste

traz uma dor desconcebível e úmida

de dia frio                 de voz rachada

de sobreavisos

 

não havia palavra que se aproximasse

da carícia feita nas cordas deste instrumento inabitado

e a voz desconjuntada se esforçava para trazer

a manhã de volta

 

eu permeável pudesse nesta giga saber

que uma aridez ternária jamais não dói

não esboça certeza nem parelha

é arrítmica esta inquietação de perfumes abandonados

 

voz subsistida no som das carícias

nas horas eriçadas                na suspensão

 

 

e eu aqui querendo que a palavra que fala

não seja só

o próprio deserto

 

 

 

 

 

*(Curitiba-Brasil, 1964). Poeta, narradora y traductora. Es catedrática de Literaturas de lengua inglesa en la Universidade Federal do Paraná (Brasil) y, actualmente, desarrolla una investigación posdoctoral en la Universidad de São Paulo (Brasil). Ha traducido a autores como Gertrude Stein, E. E. Cummings, Gary Snyder, Eilean Ní Chuilleanáin, entre otros. Ha publicado 17 libros, 8 de estos de poesía como Querer hablar (2014) o La palabra algo (2016), entre otros.

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*(Curitiba-Brasil, 1964). Poeta, ficcionista e tradutora. Leciona Literaturas de Língua Inglesa na Universidade Federal do Paraná (Brasil) e cumpre estágio pós-doutoral na Universidad de São Paulo (Brasil). Também já traduziu Gertrude Stein, E. E. Cummings, Gary Snyder, Eiléan Ní Chuilleanáin, entre outros. Tem dezessete livros publicados entre os quais Nossa Senhora D’Aqui (romance, 2015), A árvore todas (contos, 2015), Querer Falar (poesia, 2014) e A palavra algo (poesia, 2016), entre otros.

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