Por Yannis Livadás*
Traducción del griego al español por Mario Domínguez Parra
Crédito de la foto www.emptymirrorbooks.com
1+1 poemas de Yannis Livadás
Disección de cuatro recuerdos en la Rue Casimir Delavigne
1.
La errancia, una acción rigurosamente filosófica,
recuerda algo de sus abuelos terrenales.
Lo último que obtienes es hado.
La antigua conciencia, que a cada instante de nuestra ignorancia
tenemos la impresión de que algo le ha ocurrido,
solo duerme entre las patas delanteras de aquel
marmóreo menhir
de doble naturaleza en la vitrina central.
El espíritu se desvela en la jubilosa imagen de un libertino.
E incluso de otro.
Y mientras no haya nada más normal que el fin
la gente
halla otros temas para olvidarse.
En un lugar ilocalizable
llega la hora en que las palabras se entregan a sus jefes.
2.
Nunca me desesperé.
Y ya basta de belleza tal y como la conocían.
Tropiezo a bordo del barco que
zarandea Ranajit Jana,
el tipógrafo de mi nuevo libro
en Calcuta.
3.
Entro en la biblioteca nacional.
Ese es, per se, un buen verso.
Conversan en voz baja sobre el último premio Nobel.
La funcionaria ex toxicómana peor
ahora con ese pelo apelmazado
y mirada de chacal.
Digo: ¿Dónde puedo encontrar esto? Y
querría como fuese mirar aquello.
Me dice que ninguna de las dos cosas puede ser,
la fundación está en reformas.
Pero puede si quiere
firmarme su último libro
(me reconoció).
El bolígrafo deja de escribir y
mi nombre se lee hasta la mitad.
Presiono la punta, pero ella me dice que no importa
así está bien.
4.
La trata de esclavos de los lectores
es prueba
de poesía.
2008
Souk Dakhli
Durante todo el invierno la mentalité
se halla en las alturas (uso la palabra francesa,
para que la griega, que seguro descuella,
no me haga responsable del delito de uso).
Con los inicios de la primavera la fórmula se estropea un tanto.
La francesa no basta y la griega penetra
cada órgano vital, intentando infligir
alguna de las sobresalientes conquistas
de la luz del negro sol mediterráneo.
Impresión completa del desmedido ataque
que el presente recibe desde el perforador descenso
del conocido complejo de las porciones
que al final conducirán a una embriaguez a mediodía
fuera de programa
y a una siesta.
Las Escalas se sobresaltaron».
2009